sábado, 9 de mayo de 2009

Jugar al escondite....


Hace años que no jugaba al escondite, pero, esta mañana he vuelto a mi infancia para reencontrarme con una infancia, que hoy, se muestra amarga: con una infancia que les separa del resto de sus amigos, con una niñez que ya no es tan niñez.

Hace apenas mes y medio, dos "enanos" de siete años me ayudaron a salir del llanto y, hoy, esos mismos "enanos" me han hecho volver a la infancia, me han hecho buscar un sueño jugando al escondite, me han recordado que no es fácil aprender a hacer pompas con un chicle, y me han enseñado que, a pesar de todo, siempre tenemos que buscar un rato para sonreír, para gritar y para correr....

El problema es que, después de todas esas risas, de las carreras y los gritos acusando al otro de tramposo, vuelven a recordarme que ellos no tienen una infancia fácil; y vuelven a recordarme que su vida, hoy,  gira entorno a dos preguntas dolorosas para todos, pero que a ellos les ayudan a sentirse algo más seguros, a sentirse menos solos... ¿tú fuiste al tanatorio? ¿y al entierro?...

y son esas preguntas las que nos devuelven a la realidad, las que provocan que ellos dejen de ser niños para convertirse en adultos, las que hacen que pierdan la luz en  sus ojos y las que causan que solo sepan gritar que es injusto... 
 
Y las culpables de que hoy solo sepan contar lo que sienten, llorando que es injusto...

viernes, 8 de mayo de 2009

...

Ha pasado mucho tiempo desde que escribí por última vez, pero, la verdad, no he tenido muchas ganas de sentarme a "perder el tiempo" un rato...

pero, a partir de hoy, sí perderé mil ratos, aunque sólo sea para hablar con los gatos...

"(...) porque, para Nakata, el tiempo no es una cuestión fundamental. Ni siquiera tiene reloj. Para Nakata el tiempo discurre a su manera. Al llegar la mañana sale el sol; por la tarde se pone...(...)"


Haruki Murakami, "Kafka en la orilla"

y entonces, todo vuelve a empezar de nuevo, aunque Mafalda venga y me entienda.....

lunes, 9 de marzo de 2009

Mujeres....

El País, 09-03-09

Historia recomendable

"Por primera vez en siete décadas cabe comprobar que miles de mujeres españolas fueron encarceladas por razones político-sociales durante la posguerra. Madrid fue uno de sus principales lugares de cautiverio, pero también Las Corts, en Barcelona, más Valencia, Palma de Mallorca o Saturrarán, en Guipúzcoa. Hasta ahora, su drama resultaba invisible a la mirada pública. Sencillamente, se ignoraba. Ni siquiera hay placa alguna que recuerde en Madrid, en la calle del marqués de Mondéjar, la existencia de la cárcel de mujeres de Ventas, de donde salieron hacia el paredón las llamadas Trece Rosas, republicanas, comunistas y socialistas, adolescentes incluidas. Pero su realidad la atestigua una exposición, ideada por la Fundación de Investigaciones Marxistas, que se exhibe hasta el 9 de abril en el Centro Municipal Conde Duque. (...) Presas de Franco recorre el periplo de horror y humillación, paternalismo y coerción sufrido por miles de mujeres españolas a través de los vericuetos de un sistema penitenciario inhumano, que se adentró en el siglo XX con los presidios femeninos conocidos aún bajo el nombre de galeras: hacinadas, sin luz ni ventilación, con la costura como único horizonte, las mujeres españolas a las que se consideraba delincuentes llegaron a la modernidad sin ninguna de las ventajas que mitigaban ya entonces la vida de los penados varones: la abolición de los trabajos forzados y el establecimiento de las cárceles-modelo. Las galeras cumplían la función de "aislar y retener a las mujeres vagantes, ladronas, alcahuetas y semejantes"".

A ello podemos sumar, para conocer mejor la vida dentro de la prisión de Ventas, "La voz dormida" (Dulce Chacón, 2002): una historia de mujeres presas en aquélla prisión narrada en ocasiones con tal viveza que es difícil no sentirse en la piel de las que en su día fueron puestas de espaldas a la tapia.
La voz domirda es, sin duda, uno de mis libros recomendables...en él las letras muestran un viaje a una época dura que en el que las mujeres tuvieron un protagonismo invisible...

lunes, 23 de febrero de 2009

Don Carnal...



Después de que una de las locas con las que vivo me suprimiera (a mis espaldas) mi blog, he decidido apropiarme del suyo para haceros partícipes de mi vida cotidiana.
Llevo meses sin escribir, asi que, espero que entendais que hacerme de nuevo al teclado me resulta un poco complicado (mis uñas de reptil han crecido, si cabe, un poco más). Por ello y porque hoy no me sale del caparazón escribir, publicaré una de mis antiguas historias....
Espero poder usurpar este blog a menudo
Un saludo....Paqui

Aqui os dejo una de las entradas de MI BLOG!!!

Hoy estoy MUY ENFADADA. Vale que no salga el sol y esté todo el día lloviendo (es necesario, ya que estamos en sequía y mis primas las que viven en el agua me contaron en otro día por el msn que estaban realmente preocupadas por el tema) pero que tenga yo que pagar la amargura de mi compañera de habitación por tenerse que pasar el domingo estudiando hace que me entre una mala leche por mis patas traseras que no me soporto. Vamos a ver: ¡¡¡qué culpa tengo yo!!!!

Me he pasado el día reflexionando -sobre mi condición de tortuga- y durmiendo (cuando no sale el sol me da mucha hueva moverme), pero ha llegado un momento en el que me he dado cuenta de que empezaba a levitar y me he propuesto darme unos paseítos por la habitación -para que no se asustara la loca al ver una tortuga volando-. El caso es que estaba yo a mi rollo cuando de repente he escuchado un grito ( me ha echado una bronca que todavía me duelen los tímpanos y, lo que es peor, en casi un año no ha entendido que soy tortuga, NO SORDA); os explico: estaba yo paseando cuando de repente me he encontrado con unos apuntes en el suelo. Yo, que soy una tortuga culta, me he acercado a ellos para echarles un vistazo y luego comentarlos aquí, pero me han parecido tan apetecibles sobre el fondo naranja de la carpeta que no he podido resistirme y les he pegado un bocadito. Bueno...para que queremos más... no le ha bastado con gritarme... ¡me ha quitado los apuntes! Y yo, lógicamente, me he enfadado. He empezado a correr por toda la habitación, he tenido mi momento yogurth con fibra encima de la alfombra solo por joder y he intentado atravesar las botas esas que me pone para no llegar a los cables de un solo salto. El problema es que me he confundido de camino y me he metido dentro de la bota. ¡Ay dios! ¡que agobio! he gritado con todas mis fuerzas, pero me he dado cuenta de que, aunque yo soy una tortuga interactiva, no hablo la lengua de la loca de mi compañera de habitación, hablo, simplemente, tortugo, así que me he tenido que conformar con resignarme a esperar a que se diera cuenta de que estaba atrapada y fuera en mi busca....

sábado, 31 de enero de 2009

Al volver la esquina....

"Apoyada en mi hombro, vuelve su cara hacia mí, y me sonríe un poco, y cuando respondo a su sonrisa las lamparillas del miedo que se extravían en sus ojos se alejan hacia el fondo, desaparecen entre las pestañas entornadas. La mano se libera, Anita la emplea ahora en acariciar mis pómulos y luego me besa suavemente en los labios y las mejillas, recorre mis facciones besándolas así, y al mismo tiempo yo, casi sin darme cuenta, voy correspondiendo a sus besos de la misma manera, en un juego tierno que inconscientemente se vuelve sensual.
La ventana está entornada. Un filo de claridad que viene del jardín hierve cortando la penumbra. Zumba un moscardón primerizo y extraviado en el sol. Siento que el sol debe de quemar la tierra en el jardín cercano y en las lejanas playas, en lugares donde se olvida el insidioso olor a los anestésicos del quirófano. Hay una gran comunicación consoladora en este roce de los labios que repetimos incansables, como sonámbulos, como niños que ensayan un lenguaje con los ojos y los oídos cerrados, y sustituyen las palabras por este tanteo de nuestra boca en las facciones que, de momento en momento, sentimos más nuestras. Nos decimos todo lo que no nos hemos dicho nunca con palabras, nos pedimos perdón por nuestras torpezas, por el olvido del uno al otro en que hemos caído durante tantos años, perdón por no ser niños ya y , sin embargo, tener que buscarnos como niños perdidos; tener que empezar a comprender que somos el uno del otro sin remedio, que lo hemos sido siempre y que no quisimos ni sospecharlo.Nos decimos la soledad, la bárbara mutiliación que hemos hecho separando cuerpo y alma en nuestras vidas por ese pecado de no haber sabido que teníamos que encontrarnos enteramente, ardiendo el espíritu en esa atracción que con nadie nuca hemos podido tener completa. Con nadie, nunca ha sido ni podrá ser esta verdad que nos quita poco a poco el pensamiento confuso de esa pena de no haberlo comprendido antes de ser este hombre y esta mujer que ya somos ahora, que vamos sintiendo que somos, hechos para la fusión de la amistad en la vida que recibimos el uno del otro, para el abrazo, para este beso en el que al fin se entreaben los labios de Anita para recibir mi boca. Nos estamos besando al fin en un olvido total. Boca a boca, vida a vida, juventud con juventud...."


Carmen Laforet, Al volver la esquina